Abandono estudiantil en la Universidad a Distancia : un estudio empírico sobre su evolución y predicción
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1987Publicado en:
Revista de educación. 1987, n. 283 ; p. 285-314Resumen:
La aceptación social y expansión de este tipo de universidad a distancia es un hecho fuertemente consolidado en España. Inició su andadura en el 1973 con 10.000 alumnos para llegar en el 1985-86 a 88.679. Este fenómeno no es exclusivo de la sociedad española. Los años 70 han visto nacer y crecer universidades en los más diversos ámbitos, como realizaciones del nuevo concepto de educación permanente. La distinción entre abandono antes y después de comenzar sigue siendo pertinente. Las variables sociológicas deben pesar más en el abandono antes de que en el de después de conocer el modelo de UNED. Los estudios de acceso y las características de la oferta educativa pueden pesar en ambos tipos de abandono. También, habría que diferenciar por maneras, cursos y edad. Se dice que una de las causas del abandono radica en la soledad del alumno a distancia. Una variable a controlar en futuros trabajos sería la asistencia o no a las tutorías. Además, debe acometerse un estudio de que elementos son los más relevantes para continuar estudiando a distancia. El índice de abandono y el bajo rendimiento cuestionan sobre todo el diseño instructivo y los servicios de distribución. Tendríamos que plantearnos si el conjunto de los paquetes didácticos y los medios de comunicación previstos para reorientar, contienen los elementos necesarios para promover una enseñanza-aprendizaje básicamente autodirigida. Una universidad nacional de estas características debería tener un organismo orientador que les lleve a estimar las probabilidades de éxito desde su realidad personal y las condiciones del modelo. Todas estas universidades deben perseguir un conocimiento previo de lo que es estudiar a distancia para evitar futuras deserciones.
La aceptación social y expansión de este tipo de universidad a distancia es un hecho fuertemente consolidado en España. Inició su andadura en el 1973 con 10.000 alumnos para llegar en el 1985-86 a 88.679. Este fenómeno no es exclusivo de la sociedad española. Los años 70 han visto nacer y crecer universidades en los más diversos ámbitos, como realizaciones del nuevo concepto de educación permanente. La distinción entre abandono antes y después de comenzar sigue siendo pertinente. Las variables sociológicas deben pesar más en el abandono antes de que en el de después de conocer el modelo de UNED. Los estudios de acceso y las características de la oferta educativa pueden pesar en ambos tipos de abandono. También, habría que diferenciar por maneras, cursos y edad. Se dice que una de las causas del abandono radica en la soledad del alumno a distancia. Una variable a controlar en futuros trabajos sería la asistencia o no a las tutorías. Además, debe acometerse un estudio de que elementos son los más relevantes para continuar estudiando a distancia. El índice de abandono y el bajo rendimiento cuestionan sobre todo el diseño instructivo y los servicios de distribución. Tendríamos que plantearnos si el conjunto de los paquetes didácticos y los medios de comunicación previstos para reorientar, contienen los elementos necesarios para promover una enseñanza-aprendizaje básicamente autodirigida. Una universidad nacional de estas características debería tener un organismo orientador que les lleve a estimar las probabilidades de éxito desde su realidad personal y las condiciones del modelo. Todas estas universidades deben perseguir un conocimiento previo de lo que es estudiar a distancia para evitar futuras deserciones.
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